miércoles, 17 de abril de 2013

Principios pedagógicos


Los principios pedagógicos- 1a. parte.
Por Jorge Leonel Otero Chambean




En el Plan 2011 de Educación Básica, uno de los apartados relevantes consigna los llamados Principios Pedagógicos, principios que se asume constituyen “ las condiciones esenciales para la implementación del currículo, la transformación de la práctica docente, el logro de los aprendizajes y la mejora de la calidad educativa”. (Plan 2011, p,26).

Aquí en este espacio haremos la revisión de ellos, en sucesivas entregas, para recordar y afianzar ese sustento.

1. Centrar la atención en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje

“El centro y el referente fundamental del aprendizaje es el estudiante, porque desde etapas tempranas se requiere generar su disposición y capacidad de continuar aprendiendo a lo largo de su vida, desarrollar habilidades superiores del pensamiento para solucionar problemas, pensar críticamente, comprender y explicar situaciones desde diversas áreas del saber, manejar información, innovar y crear en distintos órdenes de la vida…”  (Plan 2011, p,26).

De acuerdo al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española un PRINCIPIO, “es el primer instante de ser de algo”, o también “base, origen, razón fundamental sobre al cual se procede discurriendo cualquier materia”. (Diccionario RAE). De estas acepciones podemos explicarnos porque se asienta este aserto al comienzo de la lista, ya que ubica la razón de ser de los esfuerzos didácticos en los alumnos. Siendo un discurso tan reiterado y tan sabido, podría parecer tan innecesario consignar esto en el Plan de estudios, y sin embargo, perviven muchas situaciones, donde los aprendizajes previos, los intereses de los alumnos se dejan de lado.

Subyacen prácticas donde el docente ensimismado en cumplir supuestamente con el programa y los contenidos establecidos, llevan su “carro a toda velocidad” sin considerar la posibilidad de que sus alumnos estén aprendiendo y lo que es más, que ellos estén deseosos de seguir indagando, de seguir descubriendo, de seguir siendo creativos. Si aborrecen la escuela, o alguna asignatura, léase matemáticas, o ciencias naturales, es obvio que no mantendrán como se precisa “esa disposición y capacidad” para seguir aprendiendo.

Recordamos a Michael de Montaigne cuando se cuestionaba acerca de si producir “Cabezas muy llenas o cabezas bien hechas, y es obvio que la RIEB nos llama a lo segundo.

Es pues importante reafirmar que antes que todo es importante concitar la disposición ante los contendidos de aprendizaje, buscando que la situación didáctica mantenga la llama del entusiasmo de los alumnos, la sed de aprender a lo largo de toda la jornada.

En el Congreso Internacional de Educación “Innovación y Desarrollo para la Escuela del Futuro, organizado por los SEIEM (Servicios educativos Integrados al Estado de México) que se llevó a cabo del 23 al 25 de noviembre del año 2011; la Dra. Laura Frade señalaba, y viene a colación, que el desarrollo de una competencia parte del interés o de una necesidad.

Si el alumno no está interesado o no tiene la necesidad de aprender, poco sentido tendrá para él aproximarse a algún tema, por lo que la piedra angular es impulsar en nuestros educandos ese anhelo por aprender y crecer como seres humanos.  


2. Planificar para potenciar el aprendizaje

“La planificación es un elemento sustantivo de la práctica docente para potenciar el aprendizaje de los estudiantes hacia el desarrollo de competencias. Implica organizar actividades de aprendizaje a partir de diferentes formas de trabajo, como situaciones y secuencias didácticas y proyectos, entre otras. Las actividades deben representar desafíos intelectuales para los estudiantes con el fin de que formulen alternativas de solución…”. (Plan 2011, p,27).

Planificar es en cierta forma atisbar al futuro, pero también es organizar las cosas de tal forma para llegar a él. En el campo pedagógico se precisan varios puntos a tomar en cuenta: a) “Reconocer que los estudiantes aprenden a lo largo de la vida y se involucran en su proceso de aprendizaje. b) Seleccionar estrategias didácticas que propicien la movilización de saberes y de evaluación del aprendizaje congruentes con los aprendizajes esperados”. (Plan 2011, p,27).

Esto puede visualizarse mejor si planteamos un ejemplo para el campo formativo de Exploración y Comprensión del Mundo Natural y Social. En la asignatura de Ciencias, en 5° grado, en el IV Bloque, se estudia la organización y movimiento del Sistema Solar. Laura Frade en su Conferencia, en el señalado Congreso, nos da una pista. Si comenzamos de pronto diciendo vamos a ver Ley de la Gravitación Universal, nuestros alumnos es probable que pronto estarán dormidos. Pero si les planteamos una situación didáctica que represente un reto, como investigar qué pasa con la orina de los astronautas en el espacio. Es probable que ellos se involucren y con cierto gusto tendrán que aprender de la gravedad, del movimiento de los planetas, de la atmósfera y de otros temas conexos.

El diseño de actividades se marca debe partir del cuestionamiento de “¿Qué situaciones resultarán interesantes y desafiantes para que los estudiantes indaguen, cuestionen, analicen, comprendan y reflexionen? (Plan 2011, p,27).

Al respecto, en una lectura que recuperamos en el Taller “Portafolios de Trabajo”, realizados en el marco del Congreso Internacional, ya citado,  se señala que todos reconocemos que las actitudes que nuestros alumnos tienen influyen de manera decisiva en su aprendizaje y esto tiene referencia porque no basta quejarse por la falta de interés o de motivación de nuestros alumnos, la apuesta es dedicar tiempo a impulsar las actitudes que se requieren para asumir con mayor entusiasmo la aventura de aprender. No podemos caminar por ellos pero si podemos iluminarles el sendero. O lo que es lo mismo, nos dice uno de los conductores, el Mtro. Julio Guerrero: “la decisión de elegir unas actitudes u otras, una manera de interpretar la realidad u otra, está siempre en las manos de nuestros alumnos y no en las del profesor. Lo que está en nuestras manos es ofrecerles esas otras maneras de pensar”.

Fuentes:

Plan de Estudios 2011. México: SEP. Tomado de:

Programas de estudio 2011-  Guía para el maestro. Educación Básica. 5° grado. México: SEP.   http://basica.sep.gob.mx/reformaintegral/sitio/pdf/primaria/plan/Prog5Primaria.pdf


Principios pedagógicos- 2ª. Parte
Por Jorge Leonel Otero Chambean

Ya se señaló que en el Plan 2011, se consigna el apartado de los Principios Pedagógicos, cuya aplicación se presenta como condición esencial para la consolidación de la RIEB (Reforma Integral de la Educación Básica). Aquí se continua con su revisión:


3. Generar ambientes de aprendizaje

“Se denomina ambiente de aprendizaje al espacio donde se desarrolla la comunicación y las interacciones que posibilitan el aprendizaje. Con esta perspectiva se asume que en los ambientes de aprendizaje media la actuación del docente para construirlos y emplearlos como tales”. (Plan 2011, p,28).

La preocupación que de manera general se observa en el nivel de Preescolar de que el aula se convierta en lugar cálido, agradable y propicio para las interrelaciones entre los niños, es un tanto abandonada en Primaria (y ya ni decir en Secundaria).
Interesante nos parece la metáfora de Jakeline Duarte que ubica el aula como “lugar de encuentro”, señalando que es quizá el lugar “donde se ponen en escena las más fieles y verdaderas interacciones entre los protagonistas de la educación intencional, maestros y estudiantes…”  Y nos presenta dos imágenes sugerentes (Duarte 2003, p. 9- 11).  


               
                                  
La imagen de la izquierda representa la organización “tradicional” que simboliza la comunicación unidireccional, maestro - transmisor, alumno –receptor. La enseñanza Bancaria, que criticó Freire, se solaza en esos espacios donde se enaltece la individualidad, la competencia. Son por decir, los escenarios clásicos de la enseñanza directa y del lenguaje magistral.
El espacio de la derecha, es el propicio para la educación para la libertad, la educación problematizadora. La comunicación es bidireccional. Hay lugar para el diálogo que nutre a todos.
En el aula activa todos son emisores y receptores. Las actividades pueden ser grupales e individuales. Los materiales de estudio están cercanos al alumno y le invitan a aprender. Es un sitio del encuentro, donde alumnas y alumnos se sienten seguros para cuestionar, experimentar y crecer.

4. Trabajar en colaboración para construir el aprendizaje

“El trabajo colaborativo alude a estudiantes y maestros, y orienta las acciones para el descubrimiento, la búsqueda de soluciones, coincidencias y diferencias, con el propósito de construir aprendizajes en colectivo”. (Plan 2011, p,28).

Si tomamos por ejemplo la Exploración y Comprensión del Mundo Social y Natural, como campo formativo, vemos que tiene que ver con aspectos biológicos, históricos, sociales, políticos, económicos, culturales, geográficos y científicos, es entonces relevante que se planifiquen situaciones didácticas que incluyan varias disciplinas, porque es imposible aislar un tema del contexto  y porque es necesario  que los alumnos busquen una explicación  de su realidad desde distintos enfoques.

Si nos situamos en 4° grado, en el Bloque V, y queremos desarrollar los contenidos de Historia referentes a la Ubicación Temporal y Espacial del Movimiento de Independencia, es posible entrecruzar con Geografía, respecto a mapas de Europa, de la Nueva España, de rutas de navegación, de los Océanos, o en Ciencias Naturales, ligarlos a  los metales que se extraían de las minas de la época, e incluso vincularlos con otros campos formativos como el que incluye la Educación Artística, para apreciar la música barroca o  alguna obra de Teatro de Quevedo por ejemplo.

Pero esta articulación curricular transversal no tendría sentido si no fuera por el impacto en el trabajo colaborativo. El trabajo por proyectos didácticos es una vía regia para su impulso.
Y es que si seguimos la ruta de Vygotski vemos que los patrones de pensamiento (esquemas diría Piaget) no se deben a factores innatos sino que son producto de las instituciones culturales y de las actividades sociales. Por medio de las actividades sociales el niño aprende a incorporar a su pensamiento herramientas culturales como el lenguaje, los sistemas de conteo, la escritura, el arte, y otras invenciones sociales.

Con el aporte del concepto de la Zona de Desarrollo Próximo, que él mismo refiere “No es otra cosa que la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración de otro compañero más capaz”. (Vygotski 2000, p. 133), da pauta para afirmar que “juntos aprendemos mejor”;  por ello el trabajo en el aula mediado por el docente debe auspiciar la colaboración. Con la cohesión de los valores del respeto, de la solidaridad,  en esa interacción social se aprenden conocimientos,  pero  sobre todo se pueden impulsar las habilidades necesarias para la convivencia.

Fuentes:

·      PLAN 2011. (2011) 1ª. Ed. México. SEP
·     Programas de Estudio 2011, Guía para el Maestro, Educación Básica Primaria, Cuarto Grado. (2011). 1a ed.  México: SEP.
·    Vygotski, Lev.  “El desarrollo de los procesos Psicológicos superiores”.  (2000). 1ª. ed. 1976. Barcelona: Editorial Crítica.

    *Duarte, Jakeline. Ambientes de Aprendizaje. Una aproximación conceptual. (2003). Revista Iberoamericana de Educación. Tomado  de
Recuperado  21  enero  2013.




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