viernes, 12 de abril de 2013

Poesía




Compartiendo...
Por Jorge Leonel Otero Chambean


Quiero compartir las auroras y tus sueños
caminar contigo por la verdura  del musgo,
sentir la frescura del jardín en los pies,
asombrarnos con las ocurrencias de las flores.
Ver llegar el atardecer desde una banca.
Escribir poemas, conversar sobre la cotidianidad.
Rozar tus mejillas, tomarte de la mano, mirar tus ojos,
recordar las promesas nunca escritas,
recuperar las semillas que germinan en mayo,
y sembrar esos surcos en el horizonte.
Las posiciones de los astros se alzan,
hablan de influencias de Saturno
y conjunción de Mercurio con la Luna,
pero la verdad, en lo único que creo
es en el sino de las letras de tu nombre.
Y es que eres mar, fuerza, y luz resplandeciente.
En las crestas de tus olas se siente la pasión
y en la quietud de tus playas se halla la paz.
Acaríciame, déjame dormitar en tu vientre,
pero sólo después de entrar al sitio secreto,
sólo después de atemperar la piel
y recuperar el ritmo de la respiración.
Por cierto, me encanta el color canela
que ilumina todo tu cuerpo y tu pelo rizado,
y también cuando ríes, y también cuando cantas,
cuando me miras y hasta cuando te enojas.
El problema de que te pongas un tanto rabiosa
es que tus ojos no destilan su habitual ternura,
pero  de todas formas son hermosos, son luceros
que alimentan, que acarician, son dos astros luminosos.
Por eso quiero compartir contigo los sueños,
caminar por el jardín,  beber del polen de mil flores
y fecundar el cielo de amores coloridos y nuevas ilusiones.

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