lunes, 1 de julio de 2013

La investigación educativa en la labor del profesor




La investigación educativa en la labor del profesor


Por Jorge Leonel Otero Chambean
INTRODUCCIÓN


En el presente trabajo se plantea la importancia que tiene para el docente en general y en particular, para el del nivel de educación básica secundaria, el adentrase en el campo de la investigación, en el campo de la investigación educativa. Investigar sobre su práctica, sobre los fenómenos que ocurren en relación con el aprendizaje, o sobre otros temas relacionados, debe verse como una función esencial en su ejercicio cotidiano, no sólo como parte de su labor en beneficio de la mejora de la calidad educativa sino como una forma de crecimiento personal. Veamos.

DESARRROLLO

El trabajo escolar que se desarrolla en las diferentes escuelas, a todos los niveles, tiende a la rutina y a generar ambientes pobres para el desarrollo humano. Si no se propicia en la organización el trabajo colegiado, la reflexión sobre los conflictos, la actualización permanente, la investigación, entre otros aspectos importantes, los directivos, los docentes y el personal en general muchas veces van menguando el entusiasmo por sustentar un servicio educativo de calidad. Mismo que tiene que ver con la eficacia y la eficiencia que reclama la sociedad (y el beneficio de la propia organización), pero también, de manera importante, con un clima que permita el crecimiento integral de los individuos que prestan ese servicio.
En este sentido, colocándonos en el campo docente, podemos esperar que institucionalmente se generen los esfuerzos, por ejemplo para la mejora continua, que necesariamente incluiría aspectos como los señalados, pero también podemos participar buscando un posicionamiento diferente del quehacer como docentes, desde nuestro propio  ámbito.
Una de las vías regias para ello, es el trabajo investigativo. Como profesores se nos han asignado, además de las tareas académicas, una serie de cargas administrativas: elaboración de planes de trabajo, de exámenes, captura de calificaciones, informes, etc. que muchas veces se descontextualizan de la esencia de nuestra labor: que nuestros alumnos aprendan. Si esas tareas administrativas se desligan del rumbo pedagógico, nos convertimos un tanto en pasapapeles y se va menoscabando la imagen del docente. Nuestra figura en este caso es instrumental más que intelectual. Me explico. Si la entrega de un examen, de las calificaciones bimestrales, etc. sólo tienen función en el sentido de cumplir con los requisitos de la institución, nuestro trabajo es meramente administrativo. Si por el contrario, examen y calificaciones, son referentes de un proceso de investigación, donde por ejemplo la elaboración de reactivos, las formas de evaluación, el cuestionamiento acerca de los aprendizajes logrados, etc. son el centro de la reflexión, nuestro trabajo trasciende, se enriquece y se ubica más en la esfera intelectual.



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